LA HISTORIA DE LA PROFANACION DE LA TUMBA DE MI ABUELA SARA

Parece ser una ley inexorable de nuestra naturaleza el hecho de que solo con los años (y la experiencia de ser padres va incluida en ello) alcanzamos a tener una idea clara de lo que nuestros padres pudieron experimentar mientras intentaban (infructuosamente) enseñarnos a vivir.

Mi madre fue una de esas muchachas nobles e idealistas a las que la RRRevolucion encandiló de tal modo que por esa RRRevolucion dieron lo mejor de sus vidas y se enfrentaron a su propia familia. Mi abuelo Juan habiendo vivido la miseria real y habiendo trabajado toda su vida tenia esa especie de intuicion que le permitió vislumbrar sin mucho esfuerzo que si todo es de todos nada es de nadie.

En 1999 la ley de la oferta y la demanda colocó a mi abuelo en su situación francamente dantesca. Habiendo muerto mi abuela Sara recientemente, el visitaba con asiduidad el cementerio. La demanda de cascarilla para cultos sincreticos llevó a que algunos sinverguenzas viesen una posibilidad de negocios en la pulverizacion del hueso humano.

La historia esta narrada a continuacion usando la carta que mi madre dirigió al administrador del cementerio de Camaguey.

Camaguey, 8 de Noviembre de 1999

"Año del 40 Aniversario del Triunfo de la Revolucion"

A: Administrador del Cementerio General de la ciudad.

Asunto: Profanacion del Osario sito en: Tramo 4to, Cuadro SE, Parcela

162, expediente 0-4755

Compañero:

Impuesta de los vandalicos acontecimientos, los cuales no son ajenos a los que han ocurrido y ocurren tanto en el referido cementerio, como en otros del pais, por no decir que en casi todos, me dirijo a Ud, en Primer lugar, para entregarle un resumen del problema que nos ocupa y asi Ud, pueda proceder; Segundo, denunciar el trato indebido e irrespetuoso que se le dio en ocasiones a mi padre, incluso situandolo como mentiroso en las declaraciones que una funcionaria dio a la Emisora Radio Cadena Agramonte, donde antes el habia formulado sus denuncia, y personalmente se le llamó contrarrevolucionario por solo citar estos ejemplos; Tercero, que se nos imponga como dueños de la propiedad afectada de los tramites y avances en el proceso investigativo; Cuarto, que se aclare por Radio Cadena Agramonte que lo denunciado por mi padre, en ningun momento dejó de ajustarse a la verdad, pues la profanacion y destrozos de las cajitas en el osario, que contienen los restos de veintitrés familiares no fue un producto de su imaginacion por sus ochenta y cinco años. Utilizaron el hecho de que el fue a la administracion del cementerio, imbuido de sus sentido de la responsabilidad a comunicar que los cráneos, que en el primer momento se habia detectado que faltaban, y despues habian aparecido, lo cual en realidad no puede afirmarse ni negarse hasta que un medico forense revise en su conjunto al referido osario, y les sirvió a los interesados para desmentir la noticia en su totalidad; Quinto, conocer al igual que el resto de la poblacion, las disposiciones que se adoptaron para evitar que hechos asi continuen sucediendo.

El pasado domingo 24 de Octubre, como es habitual, Juan Montalvan Gomez, Estrella Montejo y Angela Lamas se dirigieron al cementerio. Al llegar al osario de referencia, se percataron de que la tapa estaba corrida y quedaban restos del cemento desprendido que la unia al osario y una de las jardineras de la familia estaba situada en otra tumba. Entonces Juan Montalvan se dirigió a buscar a los empleados y de alli a la administracion del cementerio, donde uno de ellos le señaló quien era el administrador, pero Ud no lo atendió.

Ante su actitud mi padre manifestó en voz alta "no me atiende pero ponga el radio mañana que lo voy a decir por Meridiano". De alli se encaminó a la casa de su cuñado Placido Lamas. Al pasar ambos por la administracion, una empleada le dijo que ya conocian del problema.

Entonces se dirigieron al cementerio. Alli el administrador les planteó que como era domingo, no se podia hacer nada, pues solo tenia brigada de enterramiento y no de exhumadores, que volvieran al otro dia (lunes) a las dos de la tarde.

Lunes 25, se presentaron en el cementerio Juan Montalvan, Roberto Arguelles, Placido Lamas e Isabel Varona, y los miembros de la brigada de exhumadores. Levantaron la tapa y vieron los destrozos, cajitas tiradas rotas, restos regados, no se sabia a quien pertenecia, otras llenas de agua, por haber estado esos dias lluviosos, y la tapa fuera de lugar, el agua penetró. un espectáculo inenarrable (sic), me imagino que para cualquier persona sensible, imaginese Ud, para los familiares. Los exhumadores reorganizarlo en las cajitas que quedaron sin romperse, los restos de veintitrés personas se redujeron a diecinueve cajitas. En ese momento se planteó la perdida de calaveras, despues de la reorganizacion aparecieron pero la verdad es que hasta que un especialista lo revise todo no se puede afirmar si estan completos, que falta, o si es necesario hacer otro estudio para saber si los craneos que despues aparecieron corresponden con los restos alli guardados.

Una parte de los familiares quedó en el cementerio junto a los exhumadores Juan Montalvan e Isabel Varona se dirigieron a la Estacion de Policia situada en Cielo y Carretera Central. De alli el compañero Rafaelito les acompañó hasta el lugar de los hechos. No se utilizó ninguna tecnica, solo inspeccion ocular. Unas compañeras que habian ido a un entierro fueron a visitar su tumba, que qeda cerca de nuestro osario, y al ver lo que sucedía se acercaron, pues el de ellas tambien estaba profanado, al igual que otros de los alrededores. Fueron a la Estacion de Policia y sirvieron de testigo. El compañero Rafaelito planteó que ese caso pertenecia al Jefe de Sector, pero como mi padre habia ido en tan malas condiciones lo atendió. Se les citó para el dia siguiente en el cementerio, a las dos de la tarde.

Martes 26, se presentaron Juan Montalvan, Placido Lamas, Isabel Varona y Ana Maria Lamas. Llegaron el jefe de los custodios del cementerio y del Partido preguntando si se iba a dar curso a la acusacion y Juan Montalvan les contestó que el esperaba a que llegara su hija. El osario de la familia ellos dijeron que ese osario no se va a abrir. Sólo se abrió uno cercano, donde un medico forense lo revisaba. Juan Montalvan fue a Cadena Agramonte y planteó lo sucedido en el programa Meridiano. Al dia siguiente el Jefe de Comunales, llamó a la Emisora y desmintió lo planteado, diciendo que alli no faltaba nada, que todo estaba en perfecto orden, es decir que nada habia pasado, que se trataba de un anciano de ochenta y cinco años, y otras cosas. En buen cubano, que aquello que el decia que vio no existió en la realidad sino que fue producto de su imaginacion.

Miercoles 27, le dicen a Juan Montalvan que el lio que el habia formado por ir a la Emisora y que el llamara alla y se desmintiera, entre otras cosas. Ya lo habian desmentido. Eso ocurrió en la Administracion del cementerio. Yo le pedi al conocer lo sucedido que por favor que no fuera a ningun lugar hasta que yo viniera, dada su edad, y lo afectado que se encontraba.

Los vecinos le informaron que por la Emisora los habian citado para el dia siguiente a la Administracion del cementerio. Cuando llegaron alli les informó les informó el administrador que el no habia citado a nadie. Juan Montalvan le dijo que el volvería alli cuando viniera su hija que lo representaba.

Jueves 28, Juan Montalvan al pasar cerca del Hogar Nocturno de la Plaza del Cristo, vio a la compañera del Partido y dirigiendose a ella le preguntó que porque le habian desmentido por la Emisora. Que el eso lo acusaba una y mil veces. Ella le respondió que el era un contrarrevolucionario por lo que habia dicho, el le replicó que no lo era ni los habia en su familia.

Ella le contestó que lo conocia bien porque cuando compraba en la casilla donde el trabajaba cada vez que le despachaba le robaba 3 onzas (en aquella epoca se daban 8 onzas), a lo que el le respondió que porque no lo habia acusado.

Al alejarse de alli una muchacha le dijo que la tenia perdida porque esa era la Secretaria del Partido.

Se encontró en al calle Lugareño, saliendo de la casa de su hermano con Gladys Castillo de Comunales, el le preguntó que porque lo habian desmentido si la profanacion no era mentira, y el iba a ir de nuevo a la Emisora. Ella le contestó que no hiciera eso, preguntandole entonces su nombre, el le respondió Juan Montalvan Gomez. Ella le dijo que lo podian acusar por mentiroso, y el respondió que hiciera lo que le diera la gana.

Como Ud habrá podido apreciar hay situaciones que no se corresponden con su responsabilidad , si las he relatado se debe a que todo tiene su origen a partir de la profanacion, de ellas nos ocuparemos en el lugar que les corresponda. Este vandalismo contra los cementerios, puede tener muchos motivos segun manifiestan las personas: religioso, buscadores de prendas de materiales preciosos, se dice que sirven los huesos para adulterar drogas, causar ,malestar e inseguridad en la poblacion y por tanto atentar contra la Revolucion. En fin, la lista seria un poco extensa y las autoridades competentes sabran, pero considero que es necesario que se vayan dictando leyes que preserven lugares sagrados como los cementerios, por respeto a la celula de la sociedad que es la familia, pobres de aquellos que no saben respetar ni a los muertos.

Con la seguridad de su atencion y su preocupacion queda de usted.

Asi termina la carta. Afortunadamente ya no se estilaba terminar con un "Revolucionariamente, fulano". No hubo ninguna respuesta a esta situacion ni a otras, podemos imaginar. Comprenderá el lector que yo me resingue en la madre del administrador del cementerio, del jefe de Comunales y en Gladys Castillo asi como en la secretaria del Partido.

Han pasado 22 años de esto que se narra. Mi madre está muerta, mi abuelo tambien. Quiza un dia su tumba tambien sea profanada. Posiblemente el administrador del cementerio sea ya otro y el de esta historia se haya pirado para el norte, el jefe de Comunales quiza hasta pertenezca a la oposicion democratica, y tanto Gladys Castillo como la infame secretaria del Partido no es descartable que ejerzan la prostitucion con turistas de la tercera edad puesto que el tiempo, inexorable, pasa para todos. No lo se ni me importa.

Que las autoridades de ese "mejor pais" a cuya construccion has ofrecido lo mejor de ti, vejen a tu anciano  padre publicamente, le acusen de mentiroso y (como no podia faltar) de contrarrevolucionario para disimular sus verguenzas debe haber sido un trago muy amargo para mamá.

Entender que el mal puede triunfar es ese pesado fardo que arrastramos los cubanos.

LA VISITA

Algunos años antes de abandonar Cuba mi madre y yo decidimos traer a mi abuelo desde el Camaguey donde habia pasado toda su vida hasta la Habana donde viviamos. Mi abuela Sara habia muerto recientemente y pensabamos que tenerlo con nosotros era la mejor solucion para hacer su pena mas llevadera. Cuando finalmente logramos convencerle de que pasar un tiempo con nosotros le vendria bien él no podia imaginar que esa seria la ultima vez que el veria la casa en la cual habia vivido toda su vida desde que se casó con mi abuela. La misma casa donde mi madre habia nacido en 1943. La misma casa donde yo pasé los momentos mas entrañables y extrañables de mi niñez.

Finalmente vendimos esa casa algun tiempo despues durante ese largo periodo que vivimos juntos y cuando terminó por hacerse evidente (incluso para él mismo) que donde mejor podia estar era con nosotros. El tiempo creó un modus vivendi en el que compartimos la profunda tristeza de abuelo, su deseo explicito de "descansar"de una vez y por todas asi como su increible fortaleza, la soledad de mamá pero tambien su sentido del humor y  su generosa integridad, mi decepcion prematura con la existencia y mi deseo de largarme del pais que me habia visto nacer.

Cuando dejé el pais o mejor dicho cuando el pais me dejó ir finalmente, mamá permaneció cuidando de abuelo hasta que este murió y poco despues murió ella. Abuelo murió lejos de su ciudad pero al menos tuvo la suerte de que mi madre cuidase de él hasta el último de sus dias. Mamá no tuvo esa suerte. Yo sólo vine a conocer la gravedad de su estado cuando ya era demasiado tarde y estaba lejos, muy lejos. Cuando pienso en la grandeza de mi pais pienso en cosas como esas, un anciano que nunca simpatizó con la RRRevolución, atendido fielmente hasta sus ultimos dias por una mujer que desde su juventud se entregó a la construcción de lo que le vendieron como un mundo mejor. Padre e hija. Mi abuelo y mi madre.

Uno de nuestros parientes se ocupó de la cremación del cadaver de mamá y depositó las cenizas en el cementerio de Camaguey donde tambien estan abuelo y abuela.

La última vez que pude viajar alli, sorprendentemente para mi, tuve mas interés en visitar la casa de mi abuelo que mi propia casa en la Habana.

Pedí permiso a los nuevos dueños para ver la casa por dentro. Fueron muy amables y me dejaron entrar despues de una breve explicacion. Todos los vecinos me recordaban. Digo los nuevos dueños porque desde el tiempo en que la vendimos habia cambiado al menos dos veces de propietario. Ellos entendieron y respetaron que para mi, un total desconocido para ellos, esa casa representaba algo muy especial. Nada era ni remotamente cercano a mis memorias con la excepción de la fachada. La escrupulosa pulcritud de mi abuela Sara algo impensable para quien viese el numero 321 de la calle Raul Lamar entre Bembeta y Desengaño en su nuevo estado. Polvo, suciedad, depauperación por todas partes. El soleado espacio del patio interior convertido en una especie de barracón mugriento producto de los avatares de nuevos espacios de dormitorios creados sin mas criterio que el de albergar mas almas. Ni una sola pared sin tumores de humedad ni cicatrices caprichosas en su superficie. Ni una sola esquina sin telas de araña. El sitio junto a la puerta donde estaba el sillón de mimbre de mi abuelo dolorosamente vacio. La vida se impone, -pensé- en sus mas arbitrarias formas de ser, la vida se impone. 

Los habaneros se van del pais, los provincianos se van a la Habana y si pueden y les dejan, tambien se van del pais. Los habitantes de los lugares mas miserables emigran a los lugares menos miserables que encuentran vacios. Asi es la vida. Un ciclo que no termina.

No tomé una sola imagen aunque mi idea original habia sido esa y para ello llevé una cámara. Conversamos un rato amigablemente los nuevos propietarios y yo. ¿Asi que eres el nieto de Juanillo, el carnicero? -me dijo uno- Todos aqui lo recuerdan -precisó el otro-.  Fueron muy amables en todo momento, como solo lo saben ser la gente de mi pais. Senti una tristeza infinita por mi y por mis recuerdos. Los cubanos no tenemos el derecho de que se nos elogie por nuestra nostalgia, ese monopolio rioplatense, o por nuestra saudade, esa franquicia lusitana. Eché un ultimo vistazo a la que habia sido la casa de mis abuelos. La misma casa donde mi madre habia nacido en 1943. La misma casa donde yo pasé los momentos mas entrañables y extrañables de mi niñez.

Les dije adios y me fui.

DIOS Y LAS PIERNAS DE ABUELA

Mi abuelita Sara tenia las piernas llagadas. La piel en ellas estaba cubierta como de ulceras y como escamada producto de las varices. En esa etapa de mi vida yo iba todas las vacaciones donde mis abuelos en Camaguey. Mi abuelo Juan y mi abuela Sara cuyo verdadero nombre era Irene. Mi abuelo Ignacio, sus padre, era un inmigrante gallego y recibia en la casa donde crecieron ella y sus hermanos y hermanas a otro gallego que si mal no recuerdo se llamaba Avelino. Este Avelino cuando ella era niña y siendo visita regular se empecinó tanto en llamarle Sarita esto y Sarita lo otro que todos terminaron por conocerla como Sara Lamas. Abuela, producto quizas de la sensacion de verguenza que ver sus piernas en ese estado le debe haber producido terminó por convertirse en uno de los seres mas escrupulosamente limpios que he conocido. Abuela creia en Cristo. Yo le preguntaba que como era posible que si Dios fuera tan bueno permitiese que ella tuviese las piernas tan mal. Ella me respondía algo parecido a que los misterios de Dios son insondables. Yo no tenia ese radicalismo producto de algo que mis padres me hubiesen enseñado pero supongo que eso estaba en el aire que se respiraba. Por supuesto que en la doctrina marxista que se habia implantado desde antes de yo nacer, el infame numerito de Marxyengels de que la religion era el opio de los pueblos era una piedra angular. En mi estupidez infantil adoctrinada no se me pasaba por la cabeza entender que lo unico que sostenia a mi pobre abuela era la creencia de que de algun modo habia un Dios bueno y justo en algun lugar. Esto no paró ahi. Un dia fui a verla a la casa de su hermana Luz Marina y estaban leyendo la Biblia. Me acuerdo como ahora de la imagen en el libro. La crucifixion de Andrea Mantegna. Comenzé a despotricar como un energumeno de que Dios no existia y de que la religion era el opio de los pueblos. Hice pasar un mal rato a mi querida abuela delante de sus hermanas que me miraban como lo que yo era, un niño endemoniado. Nunca me he perdonado por aquello.