Thursday, August 28, 2025

COMO UN ECO DEL FUTURO (SELECCIONES)

COMO UN ECO DEL FUTURO


ÍNDICE

I COMO UN ECO DEL FUTURO


II PÁNICO DEL SIGLO XXI



I COMO UN ECO DEL FUTURO


Como un eco del futuro
o de un lejano pasado,
temo que ya he visitado
el sol en su lado oscuro;
me embriagó su aroma impuro
hasta llenar mis pulmones,
contaminó mis visiones
con su olor fétido e inmundo.
Vengo de un sitio profundo,
desprovisto de ilusiones.

Yo estuve con las legiones
que destruyeron Cartago;
tengo un recuerdo algo vago
de tener como anfitriones
a reyes de mil naciones,
a constructores de imperios.
Soy flor de los cementerios
donde a los hombres se hermana
cuando el gusano se ufana
develando sus misterios.

Yo he estado en los improperios
que acompañan las revueltas,
en las naciones disueltas
y en todos los cautiverios;
he ejercido magisterios,
me han aclamado en el podio,
he sido ingrato custodio
disfrazado de quimeras.
Me llaman de mil maneras,
pero mi nombre es el odio.
@


(A mi madre, que me enseñó a bien querer la tierra de nuestros antepasados.)

Es tanto lo que se ha hablado,
y se habla de aquellos días;
son tantas las cobardías
del nihilista y el letrado,
deconstruyendo el pasado
con argucia “progresista”,
disolviendo toda arista,
denigrando la memoria,
volviendo a escribir la historia
ya escrita en la Reconquista.

Por la fuerza de la espada
y la astucia en la traición,
llegó el moro y su nación
de media luna asangrada.
Por la fuerza de la espada
y las artes de la guerra,
reclama el godo su tierra,
que el moro llamó Andalús.
Por siglos lucha la cruz,
y en siglos su suerte cierra.

La guerra es tiempo de entierros
y lo es de gloria tamaña.
En un lugar de la España
llamado Despeñaperros,
se entrecruzaron los hierros
de los moros y cristianos.
Allí se mostraron vanos
los sueños del almohade:
el hierro al hierro persuade,
y el triunfo es de los hispanos.
@


¿Que viene la ultraderecha
o el cocomunismo viene?
Son los mantras que conviene
recitar con boca estrecha.
Es lógica contrahecha,
pero siempre muy exitosa;
no cambia lo artimañosa
aunque mude su bandera.
El miedo es, como se quiera,
la baza más poderosa.
@


(A Jacques-René Hébert, 
guillotinado el 4 Germinal del año II -24 de marzo de 1794-)

Se cuenta que, cuando Hébert,
caminó a la guillotina,
gritaba, casi se orina,
clamando por su mujer.
Es difícil comprender
cómo a tan cruel jacobino,
que no ponderó un comino
de otras personas la muerte,
faltóle el carácter fuerte
cuando enfrentó su destino.

Es muy humano el desatino
que a la muerte siempre invoca,
sobre todo si es de boca
para afuera; y si es el sino
tan macabro el del vecino,
nunca el propio, por supuesto.
Por eso yo le protesto
al que en matar vea un juego,
si es que, cuando muera luego,
sabrá morir en su puesto.

Cuando su cabeza al cesto
cayó, toda ensangrentada,
y se enfrentó con la nada,
yendo tan mal predispuesto,
es muy seguro que el resto
quizá se habrá preguntado
cómo un ser tan habituado
a la cruel Parca invocar
no se supo comportar
cuando le tuvo a su lado.
@


Si por azar un payaso
se viste un día de rey
y en palacio se hace ley
su comedimiento escaso,
más que hablarse de fracaso
en hábito palaciego,
podemos ver el trasiego
de forma y naturaleza:
conviértese la realeza
en circo macabro y ciego.

El rey payaso, en su juego,
se saltará toda norma;
el palacio tendrá forma
de un recinto sin sosiego.
Consumiráse en el fuego
todo asomo de prudencia;
el payaso, en su indecencia,
hará de la payasada
rutina, y no tendrá nada
el reino, más que indolencia.

No hace falta mucha ciencia
para ver dónde conduce
un payaso que seduce
a la masa en su inocencia.
Con su carisma y presencia
será el corrompido fruto
que convierta en absoluto
el mal, y con su corona
su payasesca persona
será risa... luego, luto.
@


Esa que tanto declama
contra el tan vil patriarcado,
la que siempre ha blasfemado
y sus derechos reclama,
no te asustes si, con drama,
te anuncia su “reversión”:
un día, a una religión
que le fuerce a andar cubierta,
al milagro boquiabierta
y presta a la sumisión.

Sé que parece ficción,
sé que nadie pensaría,
no es cosa de hechicería
ni de espíritu burlón.
Si me parece razón
esgrimible que, en la vida,
mientras más tensa y tendida
está la cuerda, al romperse,
la mente, al recomponerse,
busca ecuación parecida.

Y por eso, en su caída,
buscará lo conocido,
aquel mindset asumido
donde lo extremo es salida.
La nueva fe recibida
le brindará algún sentido
a un existir desabrido
donde le falta color
para ese fuego interior
del fanático aburrido.

A muchos he conocido,
empezando por mí mismo,
y aquel agente de un “ismo”
que se pretenda ofendido.
Si he de juzgar lo vivido,
me queda por declarar
que, en la vida, hay que evitar
el eslogan negro y blanco:
lo contrario es un barranco
difícil de remontar.
@


Yo soy aquel gato oscuro
al que a una hoguera lanzaron,
ese infeliz que culparon
haciéndole pagar duro
su traza de ser impuro;
soy el loco del arcano,
el albino subsahariano,
aquel que sitio no encuentra
y que en su cuerpo concentra
odio y temor soberano.

Soy el judío marrano
y el murtad de la mezquita,
que el clérigo felicita
a quien mate por su mano.
Tengo el instinto temprano
de evadir todo consenso
(o al menos así lo pienso);
ni siquiera es culpa mía
ser el signo de herejía
sin una gota de incienso.

Soy a esconderme propenso,
comprensible si se mira
cuánto propicio la ira
y el resentimiento intenso.
No es grato verse indefenso
ni a la vera del camino,
quizás sea mi destino
recelar de multitudes;
me quedo con mis virtudes
y la etiqueta de un vino.
@


(A los casi dos millones de armenios asesinados por la barbarie otomana entre 1915 y 1923)

Hoy que hablar de genocidio
es cosa ya tan banal,
y que se vuelve trivial
hasta provocar fastidio,
con su talento de ofidio
y sus mañas de sultán,
la cara de ingrato can,
con la expresión de una burka,
tan estúpido a la turca,
vemos al vil Erdogán.

Soberbio con su ademán,
dice que no hubo tal cosa,
que la culpa no se posa
en él, y que no verán,
contrario al pueblo alemán,
al turco de algo excusarse,
ni pensar en rebajarse.
«No fue culpa de Turquía,
fue de Armenia la osadía:
¿quién les mandó a rebelarse?»

Si algo puede adicionarse
es que esta excreta humanoide
no es que hable bajo un opioide,
es su forma de expresarse.
Turquía ha de refundarse
en su pasado otomano.
¿Genocidio tan lejano?
¿Por qué hablar de tal minucia?
¿Reconocer? cosa sucia
como sangre de cristiano.

En ese tiempo lejano
cuando pudo suponerse
que nunca más iba a verse
seducción en lo inhumano,
nadie pensó cuán temprano
era aún para aliviarse,
que llegaría a olvidarse
de Armenia todo el dolor
y del libro del horror
trataría de borrarse.
@


El algoritmo es tirano
que a muchos marca la pauta;
suena bien lo de internauta
para el siervo cotidiano,
que alguna vez fue un humano
y gozó de autonomía;
hoy vive la fantasía
que un tecnócrata recrea:
no existe, sino googlea
a la luz de un ciberdía.

Su adicción es también mía,
pues, si bien tengo consciencia,
la soledad no es licencia,
sino cibercompañía.
Ilusa y pobre osadía
querer salirse del ruedo:
al tirarse un ciberpedo,
aquel también huele mal,
aunque su aroma virtual
nos exonere del miedo.

Sonríome mientras puedo
con mi post notificado:
un robot lo ha reportado,
que una policy transgredo.
Reconozco que me excedo
con verbos inoportunos
para un mundo de ovejunos,
de más Tánatos que de Eros,
un multiverso de ceros
que no llegan ni a ser unos.

Si, como dicen algunos,
se adviene una tecnopía,
me reservo la porfía
de mis instintos viejunos.
Que sean o no oportunos,
achácaselo al biorritmo;
yo seguiré a contraritmo,
siempre un poco a mi manera,
aun no siendo lo que espera
“Su Majestá” el algoritmo.
@


El tiempo recio genera
un hombre a su semejanza,
aquel que, de su pujanza,
cosecha en la sementera;
mas la bonanza no espera
y pronta genera al necio
que destruirá, con desprecio,
lo que su mayor produjo,
y, así como por embrujo,
volvimos al tiempo recio.
@


Mujer de sangriento fruto,
sueña la diosa razón
un monstruo que su pasión
le ofrece como tributo.
No tiene aquel atributo
mayor que el de ser soñado,
fruto amargo, trastocado,
cercenado a guillotina,
realidad cruel y mezquina
del paraíso inventado.
@


Un profesor reputado,
muy docto en ciencias sociales,
traza en líneas generales
lo que él llama su “legado”.
Quiere que el colonizado
se rebele de una vez,
y rompa con altivez
las cadenas que le oprimen.
«¡Oh, mundo de los que gimen,
emancipa tu estrechez

mental, abyecta, soez,
impuesta por normativa,
basta de abajo y de arriba,
de opresiva sordidez!
Librémonos de una vez,
fundemos polifonías:
¿para qué las policías
y para qué los gobiernos
que, presumiéndose eternos,
solo enturbian nuestros días?

Verticales tiranías
que impiden el encontrarnos,
ser en el otro, abrazarnos
diversos, sin jerarquías;
¿quién nos hizo mercancías,
de su engranaje una pieza?»
—clama en tono rojo fresa
postcolonial en su alarde.
Otra vez, hoy llega tarde
la chacha que hace limpieza.


Son sus capas tan delgadas
que, al mirarlas, pareciera
ver el ojo cosa entera
de láminas fusionadas.
Una tras otra, opacadas
en virtud de la siguiente
mentira nueva, reciente,
comparada a la que estaba,
media verdad que se daba
por total y transparente.

Es paradoja evidente
que una cebolla es la historia;
cada intento de memoria
dice verdad como miente.
Poco puede que contente
a esa pupila que mira
ver que en la ausencia conspira
lo innegable que se niega,
el verbo escrito que entrega
verdad, memoria, mentira.
@


La costumbre de callar
se va metiendo tan dentro
que va pudriendo tu centro
sin que ya pueda sanar.
Podas un día el hablar
por no ofender a fulano;
al siguiente es a mengano
a quien mejor no se toca,
y así te coses la boca
por juzgar que es lo más sano.

Tal es el doble pensar,
y no es que no lo conozca.
Como un tornillo, de rosca
y orificio puedo hablar.
Sé que podrás alegar
un pretexto humanitario,
generoso, solidario,
pero el pretexto no importa:
tiene la vista muy corta
quien del verbo es carcelario.

El déjà vu es evidente,
al cancelar la palabra
una sociedad se labra
el cinismo de su gente.
Tanto eufemismo indolente
solo sirve a perpetuar
el abismo entre el pensar
y el decir, la vil mentira
que tras la risa transpira
la costumbre de callar.
@


Vi al mal del relativismo
ensalzado en la academia,
y vi padecer de anemia
la virtud; vi al hedonismo
florecer, sentí el abismo
bajo mis pies extenderse;
vi lo noble corromperse
por halagar la estulticia
de la turba y su justicia,
y aún más quedaba por verse.

Vi a un tirano conmoverse
denunciando el genocidio,
mientras de su vil presidio
no puede una hoja moverse;
vi al terrorista venderse
de luchador libertario;
vi la ONU un escenario
de circenses bufonadas,
tontos útiles, manadas
del pasto universitario.

Vi al Diablo darle salario
a insignes intelectuales;
vi a bardos postcoloniales
declamar su corolario
de falacias; vi al falsario
cancelando al disidente,
y vi más, vi lo frecuente
del recurso de callar
a otro haciéndole llamar
por algún mote insolente.

Vi la maldad de la gente,
sus llagas y su mentira;
vi quemándose en la pira
toda razón e incongruente
vi al racista impenitente
posar como antirracista,
y vi en su plan optimista
filántropos embusteros;
vi un mundo lleno de ceros,
y de unos, a simple vista.

Vi al perpetuo oportunista
haciendo su equilibrismo;
de bastardo vi al marxismo,
prepucio islamofascista;
vi al engendro globalista,
vi el grito subvencionado;
vi que al poder del Estado
enemiga es la familia;
vi al dios de la pedofilia,
vi a Jesucristo abortado.
@


II PÁNICO DEL SIGLO XXI


De Carlos te voy a hablar
por Marx mejor conocido,
filósofo algo atrevido
que al mundo quiso cambiar.
No pudiéndose arreglar
a sí mismo la existencia,
dispuso llamarle ciencia
a su visión de un futuro
donde nadie tendrá apuro
ni insatisfecha apetencia.

No trabajó Su Excelencia
media jornada de un día,
y así escribió su teoría
desde la propia consciencia;
innegable es su eminencia,
como lo es también el hecho
de que su sueño maltrecho
nunca se llegó a probar,
pues no se puede empezar
una casa por el techo.
@


Con el aire impertinente
y tu impune desenfado,
Feisbu, hoy me has comunicado
que publico cosa hiriente.
Conmínasme a ser prudente,
a pensar más lo que escribo.
Debo ser más receptivo
y pensar que hay susceptibles,
en tu mundo de imperdibles
gran honor ser conflictivo.

Notificación me envías
para alertarme, eso creo
de que puedo ser un reo
del cibergulag. Confías
que no siga en las porfías
ni en bruscas catilinarias,
que normas comunitarias
sean mis normas de vida,
que ante la duda decida
por tus pautas sanitarias.

Prodúceme malestar
me incordies tú de tal modo.
Por momentos me incomodo
quiero mandarte a volar.
Se que no puedo evitar
que me canceles la cuenta.
No lo tomo como afrenta,
ya preparo mi equipaje.
No me extrañes cuando viaje
porque joderte me tienta.
@


Con los huevos calcinados
y la mirada sombría
contemplo la alevosía
del wokismo y sus aliados.
¿Cómo tantos alienados
(pregúntome con pesar)
se lograron arrimar
a la vera del poder
y hasta pudieron creer
que su “causa” iba a triunfar?

Mucho intentaron cambiar
los pronombres del lenguaje,
y por no perder el viaje,
en su anhelo de mezclar
quisieron despatriarcar
la sociedad de conjunto,
y así llegaron al punto
de decir que no se es hombre
ni mujer, que no te asombre,
pues para más dio el asunto.

Con la mueca de un difunto
celebraron su “esperanza”,
y aunque parezca una chanza,
aún la celebran, barrunto.
En su futuro presunto
no previeron la entropía,
aquejados de miopía,
virtuosos de la estulticia,
amantes de una justicia
que de tan tuerta es harpía.

Usaron la cortesía
para cancelar ideas,
y créaslo o no lo creas
les funcionó, qué ironía:
su reino fue epifanía
del homagno diletante,
energúmeno estudiante
y radical profesor;
fue su evangelio el rencor.
¿Jodieron? Más que bastante,

y aún joden, es lo irritante,
pero ya van de bajada,
un día no serán nada
más que el recuerdo inquietante
de un tiempo en que el ignorante
adoctrinó al resentido,
y en su credo pervertido
se tomaron de las manos
como bastardos hermanos
en un odio confundido.


Amantes de la epopeya
por afán de novedad
generan calamidad
con su estúpida querella,
porque en vez de decir ella
o decir él, como antaño,
legislan que hace gran daño
no hacer visibles los elles,
los no binarios doncelles
con su enigma de entrepaño.

Es cosa de intelectuales
y de la gente aburrida
querer reinventar la vida
con requiebros judiciales.
En estos juegos mentales
justifican su salario,
genios de lo innecesario,
hoy nos dan la bienvenide
para que alguno se olvide
que el sexo no es voluntario.

Si eres adicto al pescado
o si la carne prefieres,
cómete el plato que quieres
que a nadie le hace cuidado.
Veo harto desubicado
querer la lengua cambiar,
el habla reglamentar
por mayor descuajaringue,
por eso digo ni pingue,
con perdón de lo vulgar.
@


Hablando desde el estrado
con la fragancia de un peo,
da razones que no creo,
tampoco quien tiene al lado,
mas con hábito heredado
aplaudirá al presidente,
todo aquel que por prudente
valore su posición,
“¡viva la reinvolución!”
y que se muera la gente.

Deduzco se ve coherente
seguir mintiendo de oficio
y pintar tanto estropicio
de color resplandeciente.
Bajo una piedra indolente
reposa quien no se nombra,
y ya no indigna ni asombra
sabernos caricatura
de aquella ilusión tan pura
que hoy tiende al cinismo alfombra.

Así, de un ala a la sombra
no importa de cuál avión,
ni en qué absurda embarcación
todo un país se desnombra,
tanto exilio ya no asombra
y nos dejara perplejos,
ay país de amores viejos,
continuidad de mi luto,
agridulce extraño fruto
doliéndome de tan lejos.
@


Si quiero ver hasta donde
la virtud puede quebrarse,
cuanto hará por disfrazarse
y por negar lo que esconde
aquel que presto responde
a la masa y su runrún
según convenga y según
se lo dicte su provecho,
pienso en mi país desecho
en nombre del “bien común”.

Y tambien pienso en algún
tribuno de los que hay tantos,
de esos que invocan “quebrantos”,
injusticias que hay “aún”,
el “derecho” que ningún
hombre tenga reclamado,
y comprendo que el pasado
fue tan solo una señal,
que el demagogo es el mal
de un futuro ya anunciado.


No sé si es aburrimiento
o falta de mejor causa,
tal parece que sin pausa
ni sosiego un movimiento
lleva en sus alas el viento,
viento, digo flatulencia,
se disfraza de consciencia
e ideales generosos,
le financian poderosos
que así ocultan su indecencia.

No es el wokismo inocencia,
aunque se vista de seda,
pues como mona se queda
con macabra recurrencia,
amante de la pendencia,
retrospectivo el enfado,
su grito descabalado
de emoticona Bastilla,
lleva por hoz la morcilla,
y de martillo un helado.

Que el mundo ya lo han cambiado,
suelen decirse a sí mismos,
traficantes de espejismos
en un mundo trastornado,
mal despierto, pronunciado
mucho peor, fanatismo
que no se mira a sí mismo
en aquel mal que condena,
una postmoderna pena,
antítesis de optimismo.


Pregúntase una señora
con el mayor interés,
cómo se hace con bebés
cuyo género se ignora,
qué pronombre usar ahora
para hablarle de exprofeso
a esa criatura que en peso
se limita a pocas libras,
ese peque por quien vibras
y que cupiera en un beso.

Por su duda me intereso,
señora, quiero alegar
que es muy pronto para dar
con esa edad tal progreso;
el sexo es obvio y confeso
por los miembros genitales,
mas con trazos generales
podemos dilucidar
que el género ha de esperar
hasta otros grados mentales.

Sé que habrá profesionales
que discutan tal sujeto;
no soy docto y no me meto
en tales berenjenales.
Sí creo que los pañales
se deben considerar,
primero habrá de gatear,
luego tendrá esa consciencia,
respeten más la inocencia
pronominada al hablar.
@


Cansa ya esta moda absurda
de reinventar el pasado,
de tenerle prontuariado
a causa cuál más absurda,
anacrónica y palurda
retrospectiva justicia
que al populacho desquicia
por su torpe desenfreno,
y yo les pregunto, bueno,
¿tendrá el futuro franquicia?

Fácil es con estulticia
desenterrar a los muertos,
con tanto ciego los tuertos
se reparten las albricias;
mucho que te beneficias,
injusticia del presente,
juzgando a tambor batiente
lo que ya no tiene caso,
dicta sentencia el payaso
sobre la memoria ausente.

Cuando lo ahora corriente
sea un rumor del pasado,
se sentirá avergonzado
quien para entonces lo cuente,
pues fue visto pertinente
más que hacer o el construir,
ese volver a escribir
hasta el vértigo la historia
por mediocres sin más gloria,
ni otra excusa en su vivir.
@


Vivo en un mundo inclusive,
parecido al show de Truman;
las certezas bien se esfuman
cuando el ser se autopercibe.
Distópico se concibe
día que mal amanece,
las habas el diablo cuece
con un olor casi cool,
que venga el rojo, el azul,
el negro, el blanco, que empiece

la bufonada y no cese
si al final todo es igual.
¿Quién dijo que hay bien y mal?
Nunca hubo tal, no aparece.
La razón, torpe, se mece
en esta hamaca inclusiva;
paradigma y perspectiva
son palabras en sus labios.
Molestarse no es de sabios,
no es cosa smart ni atractiva.

En la amnesia colectiva
todo es cuestión de sabor,
la variación del color
no llega a ser excesiva.
Sonrisa gris, positiva,
positivista, algo lerda,
su colorcito trascuerda,
va calando hasta los huesos,
y en ella habitamos, presos
de una herida que descuerda.

Así, un poquito a la izquierda
y otro poco a la derecha,
contemplo absorto la brecha,
soy trapecista y soy cuerda.
El cielo mismo se enmierda,
y bajo él, mi cuerpo vive
en el fondo de un aljibe,
recompongo mi esperanza
de Quijote y Sancho Panza,
sin distopía inclusive.
@


La sentencia de la historia
será siempre discutible;
unos dirán que fue horrible
lo que otros tengan por gloria,
cambia y vuelve la memoria
de los pueblos y su gente.
Poco o nada de inocente
su justicia correctiva
incluirá en la comitiva
a otra injusticia emergente.

No pretendo ser vidente,
ni adivino lo futuro,
pero de algo estoy seguro
y tengo por evidente:
aquel que a tambor batiente,
como absuelto se percibe,
errado está, pues concibe
que la historia le tributa;
la historia es solo una puta,
se acuesta con quien la escribe.

Quien con ella sobrevive,
que no se presuma inmune,
el vínculo que les une
quizá un día se derribe,
y así, de ser dios derive
Su Alteza a ser un pretexto
de escarnio y un mal molesto,
con erre de reescritura.
La historia es literatura
y su verdad palimpsesto.
@


La tolerancia es palabra
que despierta confusión,
y no faltará el cabrón
que le tomará por cabra;
así vemos cómo labra
por su propio beneficio
aquel que ve el orificio,
la brecha por subvertir,
un "regalado" existir
con su intolerante oficio.

Contemplando el precipicio
que ya Popper describiera,
una respuesta quisiera:
¿dónde este absurdo dio inicio?
¿Cuándo sacamos de quicio
ese mundo que heredamos?
Y más, ¿hacia dónde vamos
con un donaire arrogante
que encumbra a ese intolerante
que por víctima tomamos?

Tal vez nos equivocamos
de medio a medio al leer
a Bin Khaldun sin prever
que en sus páginas estamos;
tan en éxtasis quedamos,
amando la decadencia,
que aún tenemos la inocencia
de sentirnos superiores
a aquellos nuestros mayores
que lucharon su existencia.
@


Lo diverso es ese nombre
marcándonos hoy la pauta,
se impone ser divernauta
con el uso de un pronombre,
comprendo que no te asombre
y hasta lo juzgues normal,
dirás que lo natural
no debe ser normativo,
que es muy gracioso y creativo
lo que yo hallo artificial.

En la amnesia general
se va todo confundiendo,
y en las sienes malviviendo
la mentirilla global,
nada está bien ni está mal
mientras diga abracadabra,
un orden nuevo se labra
con la tácita aquiescencia
de aquel que pierde consciencia
o tiene la de una cabra.

Te deconstruyo, palabra
que hoy guías al universo,
no hace falta mucho esfuerzo
para verte lo macabra,
el mundo se descalabra
con tu farsa de colores.
La libertad en sus dolores
poco se ajusta a la moda,
inquieta, desacomoda
al cáncel de los censores.

Placíbos y sinsabores
entrelazan su amalgama,
y por coronar la trama
venga la equidad. Señores,
¿de cuál jardín estas flores
habrán con saña brotado?
¿Quién será el “iluminado”
de tan postmoderna muerte?
La igualdad sucumbe inerte
de un suplicio deswokado.

Inclusión, no me he olvidado
de tu inclusivo argumento,
entre mis penas te cuento,
te escribo en el excusado,
dolorido, arrebatado,
con mi intestino “oprimido”.
Lo fraterno se ha perdido,
y con él, la lucidez,
“postcolonial” idiotez
de lo “progre” y malnacido.

Sé que no es muy divertido
nadar contra la corriente,
que es demasiada la gente
que este embuste se ha creído,
pero al posible ladrido
que el oído me taladre,
opongo un verso que encuadre
tan beatíficas hermanas,
mientras me limpio las ganas
en su putísima madre.

Y por no ofender al padre,
míster neocapitalismo,
vestido de progresismo
con fingido desencuadre,
he de premiar su desmadre
con un marrón residual,
puede sentarle fatal,
y a sus mentiras lo mismo,
podrás culparme de un ismo,
pero para mí es igual.

Ya sé que en el Capital
esto no aparece escrito,
y que no suena bonito
si la oreja es de cristal,
mas creo en lo racional
y sé que vale el esfuerzo
negarse a ser un converso
de esta payasesca juerga,
contumaz, me vale verga
lo “ofensivo” de este verso.
@


No sufre la xenofobia
todo aquel que lo asegura,
mientras ventaja procura
con un descaro que agobia.
Gritan lobo, gritan fobia
los que, llegando a un lugar,
ya lo pretenden cambiar
pretextando en lo que exigen
que aquel su país de origen
es muy digno de imitar.

Yo quisiera preguntar:
si de algo vienes huyendo
y se te está recibiendo
sin obligarte a cambiar,
¿no es más prudente adaptar
tu manera a donde llegas?
¿No será que lo que bregas
es tu propia destrucción?
Mejor toma la lección
y no des palos a ciegas.
@